Como cada lunes, nos preparamos para ir de excursión y esta vez, decidimos ir a una zona poco explorada. El camino fue complicado con hierbas altas y zarzas. Cuándo estábamos a punto de llegar… uno de los niños más mayores dijo «¡Estaba mirando al suelo y he visto una tortuga»! Enseguida se corrió la voz entre todo el grupo y estuvieron observando cómo se movía por aquel bosque repleto de troncos secos y tapizado por hojas.

Entonces le construyeron un espacio para llamar al Cuerpo de Agentes Rurales para preguntar qué teníamos que hacer, nos recomendaron que la cogiéramos con cuidado y les indicáramos el lugar donde estaba. Así fue que con los recursos con los que disponíamos, la pusimos en un recipiente y la llevamos a la escuelita.

Los Agentes Rurales vinieron el martes a la hora de comer para recoger a la tortuga y el grupo los recibió con mucha emoción. Nos preguntaron quién la había encontrado y nos sentamos a la sombra del almez. Una vez allí nos trajeron una sorpresa, una tortuga de agua que habían rescatado ese mismo día y así pudieron ver las diferencias. También nos explicaron que si un día encontramos una de agua, no es necesario que la cojamos puesto que son autóctonas y su medio es el río o el torrente.

En cambio, la que encontramos no era autóctona, sino del Priorato o del Garraf, les gusta mucho el sol y los ambientes secos y los felicitaron por haber avisado. Les contamos el nombre que le pusimos “Corredissa” y nos explicaron que la llevarían al CRFS Torreferrussa con el fin que pueda estar con otras tortugas de su especie.

Cuándo acabaron de hacer todas las preguntes, los Agentes Rurales abrieron un acta y Anna la firmó, después llamaron a la Central para notificar que ya la habían recogido y el grupo se despidió de ellos.

Unos días más tarde, algunos niños y niñas del grupo, escribieron una carta dirigida al CRFST para tener noticias de “Corredissa”!